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miércoles, 16 de julio de 2008

Apuntes de mi trayectoria

Bienvenido, visitante, gracias por asomarte a mi vida. Llegué al mundo un primero de Noviembre de 1951. A los 21 años me marché a España. Residí en Madrid durante ocho años. Allí estudié dibujo y pintura, mi Gran Vocación por aquel entonces, y me conecté con artistas e intelectuales de los que abrevé mucho de lo que hoy sé. Pero también recorrí pasillos y pueblitos donde se conserva intacta una historia que, si sabemos interpretar, constituye una ayuda valiosísima para entender nuestra propia realidad. Atravesé el proceso de democratización y el "destape" español. Aprendí mucho, especialmente, que no debemos aferrarnos a nada, por que hay muchas formas de hacer lo mismo. Volví al país en el ochenta, a luchar por nuestra propia democracia y formar aquí mi familia. Tengo dos hijos: Eva Florencia y Juan Francisco, quienes me han dado, a su vez, dos hermosos nietos: Gian y Nacho. Me afilié al Peronismo, porque lo creo representativo de quienes somos y no de quienes queremos ser y a veces participo, reconozco que ese aspecto de la política no es lo mío. Me dediqué, en cambio, unos cuantos años a sobrevivir a inflaciones e inestabilidades, mientras seguía pintando y diseñando con líneas, colores, palabras. También estudiando: con Rosa Skific, pionera del diseño argentino, con don Pablo Pereyra, "padre" de muchos grandes dibujantes. Por fin, me recibí de Diseñadora de Modas en la Biblioteca de Mujeres. El arte en todas sus vertientes me apasiona, pero lo humano y lo social constituyen mi otro costado necesario. Encontré a Moffatt y junto a él a mucha más gente implicada en la creación de una realidad como la que yo buscaba. La Escuela era nueva, pero el Bancadero ya era famoso por sus espacios de contención y reunión, imprescindibles en una sociedad que recién salía de una noche oscura. Me recibí de Psicóloga Social con la primera promoción, pero no dejé de trabajar desde primer año. Club de Madres en la escuela de mis hijos, intervenciones psicosociales en otras escuelas donde nos llamaban, Primer Congreso de Psicología Social, Trabajo Final en Plaza Once, etc. En el último año ingresé en El Bancadero para hacer las prácticas de la Carrera, en el turno de los jueves por la noche, coordinado entonces por la PS Alicia Memmo, todavía hoy mi guía y mentora. Después creamos el turno del día jueves por la tarde, porque habíamos detectado la demanda de muchas mujeres que necesitaban no sólo un horario acorde al cuidado de sus hijos, sino una teoría que las comprendiera y considerara. Comencé a conectarme con la Teoría de Género, incipiente en aquel entonces, donde encontré muchas respuestas para mi misma y para compartir. Canalizando el aspecto artístico, creamos con el Lic. Eduardo Villanueva, los talleres Expresivos. Pintura, poesía, teatro, expresión corporal se aliaban para generar salud mental. Mientras personalmente crecía en la profesión, también la Psicología Social cambiaba: se consiguió la homologación entre la carrera privada y la oficial, muy nueva todavía. Cursé en Epsisur dos años y obtuve el título de Operador en Psicología Social. Después, en la Universidad CAECE la lic. en Psicología Social. A veces, teniendo que luchar con mis propias contradicciones internas. Cada vez me inclinaba más hacia la Salud Mental, y necesitaba la oficialidad ante los embates de los psicólogos. El desafío es, desde luego, que la oficialidad sea una herramienta al servicio de toda la comunidad de psicólogos sociales y no del narcisismo de unos pocos. Habíamos fundado O.I.D.O.S. con un grupo de compañeros del Bancadero. Sin mezquindades, psicólogos, psicólogos sociales pero sobre todo, gente de buena voluntad. Todavía esa es la característica de OIDOS que ha cumplido ya doce años. Nos habíamos reunido para ofrecer contención en situaciones de crisis, considerando que la Salud Mental es subsidiaria de la situación social y económica de la comunidad y no sólo responsabilidad individual de quien padece su ausencia. Operamos desde entonces exitosamente: empresas recuperadas como el IMPA nos dieron hospitalidad, o La Casa del Barrio, donde organizamos "La Casa de la Vida", acompañando los transitos azarosos de los últimos años. Recibimos varios reconocimientos. Personalmente, digo con orgullo que, por esta tarea, fui nombrada "Vecina Solidaria" de mi barrio , Almagro -el barrio con más alma de todos los barrios porteños- por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En tanto, a raíz de la tragedia de Cromagnon, me conecté con un grupo de compañeros con quienes realizamos una intervención a través de la web. Ellos formaron una cooperativa de trabajo y me convocaron en calidad de docente para dictar clases de Psicología Social a través de Internet, tarea que realicé durante tres años. Una vez disuelta la cooperativa, sentí la necesidad de continuar con la tarea. Me sorprendí muy favorablemente con las posibilidades creativas que este medio nos ofrece. Al principio, supongo que como muchos de mi generación, desconfié del nuevo invento como de otro "Caballo de Troya". !Ya compramos tantos! Después, sin embargo, gracias a la necesidad primero y a la experiencia después, vencieron a los prejuicios y hoy creo que se trata de una magnífica herramienta que, como toda herramienta, depende de la creatividad y eficacia del artesano que la utiliza. En estos momentos, convencida de las enormes posibilidades de la Red para intervenir en la vida cotidiana, estamos trabajando en la creación de un nuevo emprendimiento: La Escuela de Psicología Social ENRED, según la teoría de Alfredo Moffatt. Con mucho entusiasmo espero allí los aportes de todos los que se interesan en el tema, los que quieren enseñar y los que quieren estudiar, porque todos tenemos algo para sumar y siempre hay algo nuevo para aprender. Gracias. adafanelli@gmail.com