Este es un espacio donde espero compartir e intercambiar algo de mi produccion artistica, profesional y personal. Bienvenidos.
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martes, 15 de junio de 2010
Bicentenario
Señor Dios:
Yo nací en este país con olor a tierra mojada en el viento, y por eso quiero elevarte una plegaria en este Año 2010, durante el cual cumpliremos nuestros primeros 200.
Me dirijo a vos como compatriota. Vivimos en un verdadero paraíso terrenal y nos hemos comportado como cualquiera lo haría en el Paraíso, probando todos sus frutos, salvo de los del famoso Arbol de la Sabiduría, y no porque esté prohibido, sino porque no conseguimos averiguar cuál es.
Hace doscientos años pedimos libertad y la conseguimos. ¡Nadie nos pudo dominar, ni siquiera nosotros mismos! Por eso, aunque somos libres, no somos independientes. Estamos sometidos por la codicia, el peor de los pecados, tal vez, el pecado original, ya que viene con el nacimiento. Desde entonces, nada nos alcanza: teta, atención ilimitada y todos los juguetes, sin importar cuánto le toca a los demás.
Señor, si tuvieses la bondad de señalar un árbol prohibido, tal vez consumiendo sus frutos, que como cualquiera sabe, son Esfuerzo, Esperanza y Solidaridad, hallaríamos la solución a nuestros problemas.
Porque en esta Tierra, que era bendita, disculpa que te diga, están pasando muchas cosas malas. Hay chicos creciendo a la intemperie, y hay indiferencia. Hay familias anidando en las veredas, y hay indiferencia. Hay viejos durmiendo en los umbrales, y hay indiferencia. Hay madres con los pechos secos, y hay indiferencia.
En esta tierra del trigo, a muchos les falta el pan porque sembramos soja, y hay indiferencia. Aquí, donde el horizonte parecía infinito, nos faltan lugares para trabajar, y hay indiferencia. Y de la indiferencia de Unos viene la violencia de Otros, y el miedo. Con el miedo, se nos pierden el alma y las ganas, que ya ni sabemos donde están.
Justicia Social, guardapolvos blancos, buena vecindad, jugar al carnaval: quisimos todo eso y más. Lo se, porque soy argentina. Y como argentina, me comprometo con vos a que si nos prohibís algún árbol y comemos de sus frutos y conseguimos, aunque sea, si no verdadera sabiduría, un poco de sentido común, yo te lo juro, voy a hacer todo, todo, todo lo posible, para ayudarte con los trámites de la nacionalidad:
Te la vamos a renovar (¡ mínimo!) otros cien años más. ¡Palabra de honor!
Amén.
lunes, 7 de junio de 2010
Lógica
!Ay! !Si fuera o fuese cierta tanta claridad!
¿No reinaria la paz en todas partes al quedar demostrado, de una vez y para siempre, en cuál lado de la trinchera pernocta la Justicia?
Si comprendieran y aplicaran logica las suegras y las nueras, los esposos y las esposas, los patrones y los obreros, en fin, todos los perseguidores y los perseguidos, seguramente este seria un sitio mucho mejor.
Y sin embargo no funciona asi. Y no porque desconocemos la logica. Es que se trata de una simple herramienta útil para los mas variados fines, pero preferentemente escogida para justificar los propios. No se trata de un vicio del sistema, que posee un muy alto nivel de coherencia interna. Se trata de otra cosa.
Se la acusa de no aportar nada nuevo, pero eso es equivalente a exigirle al papel de envolver regalos que los mejore. !Totalmente absurdo! La logica es eso, simplemente, papel de envolver, una bolsa. Lo que ponemos dentro, es otra cuestion.
domingo, 14 de marzo de 2010
¿Medicar o Maternar?
No se resuelve ningun problema clamando por un tiempo mejor ya pasado (y que no era tan mejor). Necesitamos ponernos a pensar el tema. No sólo los padres, no sólo las guarderias, no sólo el Estado: criar las nuevas generaciones es una tarea de TODOS. Por ahora, parece que desempeñada de manera bastante deficitaria.
Una sociedad donde la adolescencia parece la edad ideal para cualquiera, es una sociedad inmadura que no puede hacerse cargo de sus hijos adecuadamente. ¿Algunos tips? Ahí van:
Los abuelos: Yo ya los crie, ahora les toca a ellos.
La escuela: Los chicos con problemas traen los problemas de la casa.
Los médicos: Ritalina
Los patrones: Las mujeres con hijos faltan mas.
Las colegas mujeres: !Yo no voy a hacer su trabajo cuando falta!
Los colegas varones: Que cuide de sus hijos y que venga cuando esten criados (y yo tenga bien asegurado mi sitio)
Los maridos: los chicos quieren a la madre y yo quiero dormir. Cocinar es cosa de mujeres.
Los vecinos: como llora ese chico, y mira la hora, qué malcriado.
Las mujeres: ¿Otro hijo? !Ni loca!
Como para todos los problemas que nos aquejan, la solución es la misma: SOLIDARIDAD, CREATIVIDAD.
O sea, no hagamos recetas, ni psicoanaliticas ni médicas. Comprometamosnos.
La solidaridad es la conducta humana mejor pagada. Una tercera edad deprimida, alejada del resto de la gente, un sistema abocado a la producción de bienestar que, sin embargo, no hace más que intentar sobrevivir a crisis y guerras. Tanta gente, no solo niños, intoxicada por medicamentos: ese es el resultado del individualismo. ¿Acercarnos para colaborar en la crianza de las nuevas generaciones no nos ayudaria a reorganizar nuestras prioridades y obtener una vida más plena? ¿A recuperar la inocencia, a sentir que podemos transmitir algo de lo que obtuvimos?
Si, es dificil, es duro criar niños, pero tambien es gratificante. En una pelicula que vi hace poco, la protagonista, una extraterrestre, buscaba niños enfermos para devolverles la salud, y a cambio, ella obtenía alimento de la energía de esos bebes. Un buen trato que podriamos copiar.
viernes, 19 de febrero de 2010
El día de la mujer, 8 de marzo.
Mácula eres
Ada Fanelli
Las mujeres estamos malditas para toda la eternidad
por haber rasgado la piel roja de un fruto prohibido.
Desde entonces, una mancha roja inaugura, en cada niña,
a la mujer.
Desde entonces, con cada Luna, la mujer aguarda
la aparición de una mancha roja entre sus piernas.
Deseo o temor.
Desde entonces, el amor es un corazón rojo
atravesado por la flecha de un ángel que reclama,
con violencia,
una mancha roja a cada mujer.
Por eso, tal vez, cada mujer colorea
sus labios, sus mejillas, sus uñas,
como si fueran manchas rojas.
Y, a veces, alguna abre sus muñecas,
esperando desaparecer en medio de
una gran mancha roja,
Y otras, soportan el maltrato cuando
él
lo ve todo rojo.
Y otras, aún, aguardan rosas rojas
que no llegan. O llegan para
marcharse prematuramente.
Todas fregamos manchas rojas
salpicadas en las páginas de los
libros que guardan nuestras cuentas,
hasta caer exhaustas.
Todas restañamos la sangre de las
heridas propias y ajenas,
Todas guardamos un secreto
ardiente.
Si, ya desde aquel entonces, las mujeres nos parecemos
a una fruta roja
donde la vida
hunde sus dientes.