la vagina
de tu madre
la uretra
de tu padre,
el impulso
original y casi eterno.
Casi,
porque
pulsa,
eterno,
porque no
cesa.
Desafío de
un Tiempo
desalojado
del Paraíso hace mucho,
cuando
varones y
mujeres,
dioses y
horóscopos,
nombres y tragedias,
creando y
recreándose
metódicamente
en la
espiral infinita
del
retorno, dieron, al fin,
con el
esquema recíproco:
Marido y
mujer, una sola cosa.
Alrededor,
el viento los dibuja
y el agua
los sacia.
Fuego y
tierra los cobijan por la noche,
mientras
aguardan la llegada de
la luz
y la ley.
Desde
entonces,
co-dirigen,
elijen,
corrigen,
mejoran,
dudan,
rechazan,
juzgan,
evalúan, aceptan,
respiran,
suspiran,
expiran,
conspiran,
se
consuelan.
Incluso, a
veces,