Dios,
periódicamente, encarga tareas a sus ángeles con la intención de favorecer a
los humanos, generalmente tan carenciados y sufrientes. Así, una vez, finalizando el
año, decidió enviar al mundo sus favores.
Reunió en un
grupo a Paz, Amor, Felicidad, Solidaridad y Prosperidad. Todos ellos,
lamentablemente, son ciegos y, cada vez que fueron enviados al mundo,
equivocaron su destino no pudiendo alcanzar a quienes verdaderamente los
necesitan. Así, Dios encargó al Angel de turno actuar como guia, y allí fueron
el lazarillo y sus seguidores, tomados de la mano para no perder el
rumbo. Eran épocas navideñas, y los villancicos y las campanillas inspiraban
sonrisas en sus espirituales rostros, que disfrutaban desde ya, imaginando la realización
de la piadosa encomienda.
Sin
embargo, al poco tiempo, se los vio ascender nuevamente, muy apesadumbrados. Arrastraban
tras de sí los preciosos presentes que no pudieron repartir. La Mirada Divina los
interrogó con curiosidad. Entonces, el Angel Guía extendió una serie de imágenes para
probar su extraña explicación:
-Señor, lo
lamento, no pudimos cumplir con la tarea encomendada. Ya no hay necesitados en la Tierra, son todos muy felices.
Dios sabía
que eso no era cierto, pero tomó las imágenes e inmediatamente, largó una gran
risotada. Allí se veia una larga hilera de rostros bellos y felices, familias
unidas, amigos abrazados con afecto, parejas manifestándose mutuo amor, niños
alegres y bien alimentados. Además, muchas palabras expresando con poesía los
mejores deseos y augurios.
Dios, que a veces parece humano, como no podía controlar el acceso de risa, intentó expresarse mediante gestos. Su dedo regordete señalaba, arriba, a la izquierda, la palabra “Facebook”.
Dios, que a veces parece humano, como no podía controlar el acceso de risa, intentó expresarse mediante gestos. Su dedo regordete señalaba, arriba, a la izquierda, la palabra “Facebook”.
Cuando pudo dejar de reír, se puso
serio y, autocrítico, pensó que uno de los problemas del mundo es que ángeles y humanos son muy
distintos: Tan ingenuos los unos y mentirosos
los otros. Después se consoló, recordando que es Dios y tiene toda la eternidad
para corregir sus errores.AF