Seguidores

viernes, 8 de marzo de 2013

Dia Internacional porlos Derechos de la Mujer y la Paz



Homenaje a una muchacha desconocida.

Me acomodo junto al termo y el mate dispuesta a afrontar el día. Hoy no es un día cualquiera, es el Día de la Mujer. Abro mi pc y la corriente de palabras fluye, pero de pronto un sollozo la detiene. Presto atención: una pareja discute en el pallier, al otro lado de mi puerta. Son jóvenes, El se explica sin demasiado éxito y Ella exige la verdad con el mismo destino. Las lágrimas le quiebran la voz. El trata de atravesar la situación de cualquier manera menos dando lo que le piden, o sea, decir donde paso la noche. Ella lo acorrala y El ríe, sabiéndose descubierto, pero sigue negando. De pronto, cambia la estrategia. Dice estar cansado de los reproches de Ella de sus “escenitas” hasta que consigue que Ella ceda terreno, y pasa de atacar a defenderse. Ahora es Ella la que se justifica. El, entusiasmado por el éxito, no acepta explicaciones y levanta la voz indignado. Ella todavía intenta alguna defensa, pero es inútil. El cambia la estrategia y avanza por otros medios. Ella le pide que se vaya, que la deje en paz, pero el tono de su voz la contradice y él entiende lo que hay que entender. Un rato de silencio y después el ruido de la puerta del departamento anunciando que el fin del acto  se va a definir en otra parte y de otra manera.
Si los métodos anticonceptivos tienen éxito, Ella en algún momento conseguirá escucharse y juntar la fuerza necesaria para mandar al diablo al mentiroso. Si esos métodos fracasan, el tema se va a resolver en tribunales, en el juicio por alimentos.

Hoy es el Día de la Mujer. El día de esa piba que no consigue poner freno a su propio cuerpo que la arrastra hacia el dolor disfrazándolo de placer. Una experiencia de la que va a salir enriquecida: con un pibe en los brazos o un poco más sabia. Tal vez, las dos cosas. La historia no es nueva, hasta es posible que Ud. o yo, hayamos iniciado nuestras vidas a partir de una escena semejante.

Pero ahora sí, quiero hablarle del Día de la Mujer:

La primera convocatoria tuvo lugar en el año 1911 en Alemania, Auatria, Dinamarca y Suiza extendiéndose su conmemoración, desde entonces, a numerosos países. En 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Es fiesta nacional en algunos países, según declara la Wikipedia, y este año, 2013, estará dedicado a la lucha para erradicar la violencia contra la mujer. Golpeadas, mutiladas, quemadas, humilladas o simplemente engañadas, las mujeres somos victimas de las peores atrocidades.
¿No es hora de que una parte de la humanidad se empiece a preguntar por qué ejerce tanta impiedad sobre la otra?
Desde mi juventud hasta ahora, muchas cosas se consiguieron, pero el tema sigue sin resolverse.
Obtuvimos leyes en contra de la violencia y ya muchos se abstienen de imponer su voluntad a los golpes, aunque, otros, indirectamente inspirados por Cromagnon, queman a sus mujeres.
Obtuvimos la libertad de ser trabajadoras y aunque aún la igualdad de derechos no es una realidad, lo será seguramente en poco tiempo Claro que ahora las chicas no tienen solo derecho al trabajo remunerado, sino también la obligación de desarrollar doble jornada laboral: como madre ( muchas, incluso, de sus maridos) y también como operaria, empleada o profesional porque con los dinerillos de un solo sueldo no alcanza.
Obtuvimos el derecho al voto, pero ningún presidente (y los tuvimos muy malos) recibió tantas criticas como la actual Presidenta de la Nación. Dichas críticas incluyen su aspecto físico y su vida privada aunque los denunciantes entiendan bien poco de lo que es gestión de gobierno.  
Obtuvimos la libertad sexual, pero perdimos el hogar compartido. Pocos hombres aceptan el compromiso formal o esperan a ser bastante mayores y al fin se comprometen con mujeres mucho mas jóvenes  las cuales, por ley biológica, se encontrarán solas o a cargo del cuidado del anciano padre de sus hijos.
Y ya que hablamos de imperativos biológicos  recordemos que el ser humano es una construcción natural, siempre procurando olvidar lo natural. Esto desde luego es imposible, pero algunos viven como si no lo fuese. Y si somos sinceros, los varones lo consiguen bastante mejor. Las  mujeres, en cambio, estamos sometidas a ciclos durante toda la vida. La posibilidad de la aparición de otro en el cuerpo propio es una experiencia bastante intensa gracias a la cual nuestros límites se difuminan permitiéndonos una identificación mayor con los demás  Tal vez por eso las mujeres nos encargamos, salvo execrables excepciones, de la paz y no de la guerra.
¿Será por eso que la ONU reúne en un solo día a la Paz y la Mujer? ¿O será que sigue considerando a la mujer tan sólo como “el reposo del guerrero”?
Niego totalmente este último caso, pero me animo a considerar el primero. Eso si, con condiciones. Si nos van a considerar  garantía de paz, es decir de vida, exigimos el poder necesario para hacerlo posible,os d
Necesitamos que la sociedad respete la maternidad, que es la tarea femenina por excelencia. Y fundamentalmente, que se respeten los frutos de la maternidad, los hijos, al menos tanto como se respeta el fruto del trabajo masculino, que es el dinero.
En tanto y en cuanto la acumulación de capital esté por encima de la condición humana, creo que nuestra tarea como defensoras de la paz sera inútil y no nos queda mas opción que seguir defendiéndonos de nuestros amantes, y protegiendo a nuestros hijos como podamos.
Pariendo, a como de lugar, con la esperanza de alumbrar a los hombres que, algún día, se abrirán paso en nuestras entrañas por amor y por la vida, porque habrán aprendido a no dañarse a si mismos o a otros, o sea, sabrán sublimar su violencia. Ada Fanelli.

1 comentario:

Jorge Valenzuela dijo...

Me pareció muy gráfica la introducción al tema con la anécdota.
Luego...Como siempre...impecable