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lunes, 24 de diciembre de 2012

Cambio


 


Arrastro mis pies que arden
 como brazas.
Me siento en el cordón de la vereda,
 me descalzo,
miro mis zapatos.

El cuero fue adquiriendo ese color indeciso entre el polvo y el barro,
 las tiras que los sujetan están deshechas,
y las suelas, desolladas.

Fricciono mis dedos entumecidos,
masajeo mis tobillos:
cada guijarro, cada grieta
ha dejado en mi piel su recuerdo  
 indeleble y doloroso.

De pronto,
 una idea se abre paso en mi 
mente y comprendo:

¡No me hace falta nuevo calzado!
  
Ahora, 
lo que yo necesito ...son ...

¡Alas!

sábado, 3 de noviembre de 2012

En estos tiempos, hacemos poesia con largas hileras
de sustantivos y verbos. Es la lista de lo que necesitamos: solidaridad, uniòn, fe, hacer,
    contener, consolarnos.


A veces, algun calificativo trucho se nos filtra, escueto,

a pesar de nuestros esfuerzos por evitar
las palabras del milenio, que son objetos contundentes:

No proponen ni dan respuestas, no riman:
solamente miden y ponen precio.

Góndola de supermercado,
24 x 24,
   mercado financiero,
   marketing, descuento, combo,
   week end, oferta, champán.

Dia y noche, enteros,
para comprar,
hacer la guerra
tener sexo compulsivo.

Exaltar, seducir,
empalagar,
    ahora, son misión de publicistas, no de poetas,
    porque
    ellos nos usurparon los adjetivos,
    y desde entonces, poca cosa queda por hacer   ,
    además de intentarnos crayón rojo,
    flecha, índice, tilde, señal,
    grito que
    lucha por apagar el pregón altisonante que explota en las vidrieras
    y las gargantas de los vendedores:

 - "!Pasen y vean!
- !No empujen!
- !Hay suficiente mierda para todos!"
 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Mácula eres



Las mujeres estamos malditas para toda la eternidad
por haber rasgado la piel roja de un fruto prohibido.
Desde entonces, una mancha roja inaugura, en cada niña,
a la mujer.
Desde entonces, con cada Luna, la mujer aguarda
la aparición de una mancha roja entre sus piernas.
Deseo o temor.
Desde entonces, el amor es un corazón rojo
atravesado por la flecha de un ángel que reclama,
con violencia,
una mancha roja a cada mujer.
Por eso, tal vez, cada mujer colorea
sus labios, sus mejillas, sus uñas,
como si fueran manchas rojas.
Y, a veces, alguna abre sus muñecas,
esperando desaparecer en medio de
una gran mancha roja,
Y otras, soportan el maltrato cuando
él
lo ve todo rojo.
Y otras, aún, aguardan rosas rojas
que no llegan. O llegan para
marcharse prematuramente.
Todas fregamos manchas rojas
salpicadas en las páginas de los
libros que guardan nuestras cuentas,
hasta caer exhaustas.
Todas restañamos la sangre de las
heridas propias y ajenas,
Todas guardamos un secreto
ardiente.


Desde hace mucho, las mujeres nos parecemos
a una fruta roja
donde la vida
hunde sus dientes. Ada Fanelli


jueves, 20 de septiembre de 2012

Uroboro

Uroboro:
la vagina de tu madre
la uretra de tu padre,
el impulso original y casi eterno.

Casi,
porque pulsa,
eterno,
porque no cesa.

Desafío de un Tiempo
desalojado del Paraíso hace mucho,
cuando
varones y mujeres,
dioses y horóscopos,
nombres y tragedias,
creando y recreándose
metódicamente
en la espiral infinita
del retorno, dieron, al fin,
con el esquema recíproco:

Marido y mujer, una sola cosa.

Alrededor, el viento los dibuja
y el agua los sacia.

Fuego y tierra los cobijan por la noche,
mientras aguardan la llegada de
la luz
y la ley.

Desde entonces,
co-dirigen,

elijen,
corrigen,
mejoran,
dudan,
rechazan,
juzgan, evalúan, aceptan,
respiran, suspiran,
expiran, conspiran,
se consuelan.

Incluso, a veces,
aman. AF

jueves, 26 de abril de 2012

Confesión



 Yo no creo en un Dios Omnipotente y Sabio. Más bien en uno frágil y bastante loco. Como además mi Dios es argentino, también es flor de gil. Olvida a quienes lo aman y favorece a unos pocos que no quieren a nadie. La mayor parte del tiempo se lo pasa ensimismado, como quien intenta resolver temas complejos a un alto costo. En esos momentos cuesta mucho llamar su atención: uno se puede quedar afónico de tanto rezar y con los nudillos en carne viva de tanto golpear a su puerta. Entonces, a veces, hace el milagro tan implorado, pero como nunca firma nada -¡El sabrá por qué! – cuesta mucho reconocer Sus Obras. Mi Dios no lo consideró demasiado para crear el mundo. Fue rápido: en una semana, estaba todo listo. ¡Pero qué digo! ¿Una semana? ¡Ni siquiera llegó! El último día se sintió agotado y se durmió hasta el día siguiente, que era Sábado, o tal vez Domingo. Considerando la enormidad de la creación, aunque divino, fue un verdadero acting, o sea, algo que se hace sin consultarlo con el psicólogo. ¡Y así salió! Al otro día, fue el primer Lunes del tiempo. Se despertó y contempló lo que había hecho. Sorprendido, dudaba entre salvar su creación o terminar con todo de una vez. Pensó en dar marcha atrás, pero no pudo. Al mundo le falta el botón de retroceso, así que no hay más remedio que seguir adelante y ver que pasa, como en un video trucho. Entonces, Dios, que no se cree perfecto, como ya dije, tuvo otra de sus maravillosas ideas y creó al Diablo, a ver si lo ayudaba a terminar con tanto lío. Pero resultó, a imagen y semejanza divinas, otro infeliz, con la diferencia de que es bastante más insistente, y no deja de tratar. Aunque de momento, tampoco lo va consiguiendo. Eso sí, se mete en cualquier lado sin saber para qué y haciéndole la vida imposible a cualquiera. Aparentemente, la única opción que le quedaba, era desaparecer del mapa, y mi Dios así lo hizo. ¡Es imposible encontrarlo en ningún lado! Nosotros, que estamos en el medio, como hijo de divorciados, lo buscamos, pero sin suerte. No quiere ser hallado. No quiere rendir cuentas. Si lo tiene, no contesta el celular. Solamente espera fieles admiradores agradecidos para convencerse de que este sitio no es tan malo. Mi Dios, como se ve, es un Dios torturado por el remordimiento. Eso es lo único que se me ocurre para sostener la fe. Creo en ese pobre tipo que no sabe como arreglar sus macanas. Que con gusto, cada noche, después de contemplar un día entero lleno de atrocidades, se entretiene imaginando un Apocalípsis como solución final pero, cuando a la mañana se despierta y siente el perfume de las flores, el olor de los amantes, y el gorjeo de las madres llevando a los pibes a la escuela, se lo piensa mejor y prueba un día más. Ada Fanelli.